1. Introducción

A lo largo del siglo XX se han producido importantes innovaciones tecnológicas que han provocado cambios significativos en la forma de vida de las personas (el automóvil, la aviación, el televisor, el teléfono móvil, el ordenador…etc.). Pero, sin duda, es a partir de los años noventa y sobre todo en la última década cuando más rápido se han generando esos cambios debido, en gran medida, a la constante y vertiginosa evolución tecnológica. No cabe duda, que la irrupción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (en adelante TIC) es uno de los símbolos de estos cambios sociales, sobre todo Internet y la telefonía móvil, que han transformado por completo la forma en que los individuos se comunican, interactúan, acceden y difunden información. Internet se ha convertido en un medio de comunicación que ha dado lugar al desarrollo de una nueva forma de sociedad: la “sociedad red”, como la denomina Manuel Castell.


En este contexto, se ha desarrollado la llamada Sociedad de la Información (en adelante SI) -en la que Internet juega un papel determinante- que, como señala la UNESCO, “debe girar en torno a los derechos humanos: debe estar basada en la igualdad, en la dignidad humana y la justicia social y debe ajustarse a las necesidades y aspiraciones de todos los grupos sociales” y “debe respetar la paz y regirse por los valores fundamentales de libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, responsabilidad compartida y respeto a la naturaleza”. La SI debe ser una sociedad para todos, a la que todas las personas tengan acceso y donde, sin ninguna distinción, puedan ejercitar su derecho a la libertad de expresión y a buscar, recibir y difundir información sin ningún tipo de restricción ni fronteras.


Por tanto, el acceso, la creación y difusión de la información son las características fundamentales de esta nueva realidad. Donde, precisamente, las TIC posibilitan la “democratización de la información” permitiendo que cualquier persona, desde cualquier lugar y cualquier momento, pueda ejercer su derecho fundamental de la “libertad de información”.


El acceso a la información plural y diversa va a permitir el conocimiento y comprensión de la realidad tanto cercana como distante. Así como el acercamiento a lo diferente y lejano haciendo desaparecer, de este modo, el miedo a lo desconocido. El fin del miedo supone el inicio de la comprensión, la solidaridad y la paz (López Zamora, 2005). Es importante superar la limitación de guiarnos por el conocimiento de nuestras circunstancias más inmediatas, de hacernos conscientes de que vivimos en entornos glocales, como apunta Mónica Edwards en su libro “Redes para la paz”. Por ello, es necesario que las personas conozcan en profundidad los problemas del mundo en el que viven y sean capaces de asumir la responsabilidad que les corresponde como ciudadanos, para intentar solucionarlos.


En este sentido, Internet -con 2.095 millones de usuarios en el mundo- juega un papel fundamental puesto que actualmente  es el principal instrumento para acceder y gestionar la información que, junto con la educación, es la herramienta esencial para promover una “ciudadanía global” comprometida con el respeto a la vida, los derechos humanos, la diversidad cultural, la equidad de género, la cooperación al desarrollo, la lucha contra la pobreza, la sostenibilidad medioambiental, la paz, la justicia, el desarme…etc. Por tanto, la utilidad de las TIC para el conocimiento y comprensión de las distintas realidades, así como para generar conciencia y compromiso para intentar cambiarlas, va a depender de la información que se maneje y del uso que se haga de ella.


Las TIC, además, se están utilizando para llevar a cabo nuevas formas de participación ciudadana, así como de movilización y protesta, es decir, para la organización de movimientos sociales y acciones colectivas. Por todo ello, se están convirtiendo en un aliado fundamental para el desarrollo de las actividades de las instituciones y organizaciones, independientemente de su campo de acción (educación, salud, inmigración, paz, medio ambiente, desarme, etc.).


La utilidad de las TIC en las entidades es muy amplia y, generalmente, se usan para: la optimización del trabajo interno; la organización de movilizaciones sociales; las labores sobre el terreno; dar a conocer las actividades y proyectos, etc., es decir, como herramientas de comunicación de la organización. Sin embargo, a pesar de importantes ventajas que las diferentes aplicaciones tecnológicas ofrecen a las organizaciones, son muy pocas las que las utilizan de manera habitual y efectiva o no usan las más adecuadas para los fines que persiguen perdiendo, de este modo, el potencial que les ofrecen para contribuir a desarrollar más eficazmente sus actividades.


En el presente documento se exponen una serie orientaciones y claves para que las organizaciones que trabajan en temas de paz y solidaridad, puedan utilizar de manera eficaz las TIC, para la consecución y cumplimiento de su misión y el desarrollo de sus actividades (mejorar la comunicación con los socios; aumentar el impacto de las actividades; llegar a públicos nuevos; usar las potencialidades educativas de estas herramientas, etc.)

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